2. Respetar la libertad del otro.
Mientras más evolucionamos, más sentimos la necesidad de ser libres. Podemos dictar muchas cosas a los niños, podemos imponer muchos “superego“. Son dóciles por naturaleza. Los adolescentes desean la libertad y manifestarán incluso una cierta violencia hacia aquellos que quieren dominarlos. Los adultos tal vez hablarán menos, pero quieren la libertad y el respeto de sus iniciativas.
Podemos ayudar a los demás con nuestro amor, nuestra comprensión y a través de ciertas informaciones solicitadas. Los consejos orientan, la información respeta la libertad. Todo lo que podemos hacer para ayudar, es crear un clima de libertad y de confianza, un ambiente caluroso, de amor alrededor del amigo permitiéndole quedarse como es, que sea positivo o negativo. Un día vendrá donde él sentirá la necesidad de cambiar a fin de liberarse personalmente.
Dejar libertad a los otros, es garantizarse contra toda alienación personal, es liberarse a sí mismo. Somos libres en la medida en que los que viven con nosotros lo son.
Nuestro trabajo es desarrollar lo más naturalmente posible nuestras capacidades de comprensión y de escucha; ejercitémonos con las personas empáticas, auténticas, comprensivas con quienes podemos conversar, intercambiar y expresarnos sin ser constantemente analizados.
Extracto de la Colección Voluntarios de Dios.
Grupo asociado al Instituto secular, Las Oblatas Misioneras de María Inmaculada.
Tener confianza… ¿pero, por qué? parte 1. Acoger y aceptar al otro tal como es, sin condición.
Tener confianza… ¿pero, por qué? parte 3. Tener confianza.
Conclusión de los artículos «Tener confianza…1-2-3»
Viernes, 28 Mayo 2021 21:40
Tener confianza… ¿pero, por qué? (2)
Publicado en
Espiritualidad en acción