Nuestro equipo de oblatas, geográficamente dispersado de Ontario al Oeste canadiense, se reúne regularmente una vez al mes por Zoom. Pero una vez al año, aparte del período de la pandemia, nos encontramos en persona para un fin de semana en la Casa de Oración de Still Point, una casa de seis habitaciones, administrada por las Hermanas de San José y situada en Calabogie, Ontario, a una hora de camino del oeste de Ottawa.
Situada en el campo, en una punta del río Madawaska, el aire es fresco y el medio ambiente tranquilo. En plena naturaleza, la presencia del Creador es palpable.
Este año, el equipo hizo la reservación del viernes 21 al lunes 24 de julio. El hecho de ser un equipo de seis personas significaba que ocupábamos nosotras solas toda la casa, y también se nos había dispensado de la regla del silencio. ¿Por qué? Porque raramente teníamos la ocasión de encontrarnos en persona. Nuestro objetivo no era solamente el de orar, sino también de socializar, aprender a conocernos más y fortalecer nuestro vínculo de pertenencia al equipo y al Instituto. Nuestro tema para el fin de semana era «Un retorno a las fuentes con las Constituciones». Cada una de nosotras había desarrollado una reflexión sobre una de las Actitudes de Vida y cada una de nosotras animó en su momento la oración de la mañana o de la noche.
Los momentos de distracción pasados en torno a la mesa, estaban llenos de alegría y de risas. Las comidas, servidas en el plato, estaban adornadas con pequeñas violetas salvajes y de verduras recogidas en la naturaleza por las cocineras.
Este encuentro estuvo marcado por dos grandes primicias: por una parte, una miembro del equipo se nos unió desde Regina, en Saskatchewan, pues el equipo estaba reunido en persona por la primera vez. La segunda, es que luego de un proceso de dos años, dos de entre nosotras, cambiamos la fecha de nuestra renovación de votos del 8 de diciembre al 15 de agosto, lo que permitió a todo el equipo renovar los votos al mismo tiempo y ser testigos unas de otras.
Terminado el fin de semana, cada una partió con el corazón lleno de alegría, feliz por haber fortalecido los vínculos entre nosotras y agradecidas por este tiempo de gracia vivido juntas.
Louise Lalonde