¿Señor, eres-tu el especialista de la recuperación?
Tendré ochenta y cuatro años pronto,
me presento a ti,
tu puedes recuperar lo que quieres.

Te ofrezco mis orejas,
las utilizo desde siempre,
han escuchado tantas cosas, han oido tanto ruido,
no valen grand cosa ahora,
te las doy para la recuperación.

Te ofrezco mis ojos,
han leido, han mirado
han parpadeado, han reído, han llorado,
me han conducido, dirigido, informado.
Abiertos, me han aprendito muchas cosas:
cerrados, me han mostrado el buen Dios,
en una dimension considerable,
en un mundo nuevo y eterno.
Me sobra poco, suficiente par guiarme,
para no tener necesidad de un perrito guiador,
o de un bastón blanco,
suficiente también para verlos quitarme poco a poco.
Te los doy parar la recuperación.

Te ofrezco mi lengua,
todavía tiene bastante poder,
no parece gastada,
tiene bastante efectos hacia el mundo.
Si es positiva,
las caras se vuelven radiantes alrededor de mi,
las sonrizas se alumbran,
la alegría de vivir cambia los corazones.
Señor, es tiempo que te la devuelvas
para la recuperación.

Señor, si tomas mis orejas, mis ojos, mi lengua,
tu recoges todo lo que tengo : mi alma, mi espíritu,
mi voluntad, mi corazón, mis fuerzas…
decir que puedes recuperarlos
para que sean útiles a tu gloria para la eternidad.

Señor, TÚ me recuperas,
Señor, TÚ me resucitas. AMEN.

L.M.Parent, o.m.i