Cuando tenía quatro años, dije a mi famila que me haría hermana religiosa. Todos han reido. Terminadas las confidencias !
Veinte años más tarde, haciendo su visita en las escuelas, el obispo de la diócesis de Prince Albert, Saskatchewan, vino a mi clase y habló de las oblatas, no critican, no se quejan, que son consagradas, pero no son religiosas que llevan hábito.
Aquí está, he encontrado !
Empezé mi probación seis meses después de mi entrada en el Instituto y desde entonces, como la mano en un guante, nunca dudé que exactamente, estoy donde me siento llamada.
Louise L.
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