1. Acoger y aceptar al otro tal como es, sin condición.
Cuando yo me haya aceptado entonces estaré listo para acoger a otros, no importan las cosas que ellos sientan, que digan, que estén, que vivan. Los aceptaré, seguiré queriéndolos, apreciándolos.
A medida que uno se conoce, se da cuenta de que somos diferentes del otro. Ya que somos diferentes, deseamos una atención única, ajustable a nuestras necesidades. Habrá que tratar a los demás con la misma medida, a partir de esta verdad, que son únicos y diferentes, es decir que no tienen los mismos reflejos, los mismos gustos, las mismas maneras de pensar y expresarse.
Acoger, aceptar a otros, es consentir en dejarlos tal cómo son, sin obligarlos a cambiar ni sus cualidades positivas ni sus defectos.
Abrirse a otros, aceptarlos sin condición, supone una formación seria, una costumbre para vivir las profundidades de su ser, para interiorizarse, para reflexionar, para consultar su «sí profundo», para evaluar también los valores positivos de otros. Acogemos realmente si ponemos nuestro corazón, vida, calor, si aceptamos alguien no por lo que nos aporta sino por lo que es, sin condición.
Tener confianza… ¿pero, por qué? parte 2. Respetar la libertad del ptro
Tener confianza… ¿pero, por qué? parte 3. Tener confianza
Conclusión de los artículos «Tener confianza…1-2-3»