Jueves, 06 Enero 2022 15:13

Magnífica tarde

Encuentro de los Voluntarios de Dios, grupo de Paulette Chénard, Drummondville.

volontaire drummondvilleEn una magnífica tarde realzada por  las mágicas decoraciones de Navidad, en la Basílica San Federico,  tuvo lugar la renovación de las promesas con una animación llena de sentido y una enseñanza reflexionada dada por Louise Fleury sobre la “espiritualidad del compromiso”. 

paulette mariebelLes dejamos un fragmento. Y para colmar el todo, la gran alegría para nuestro grupo de acoger a Maribel Mendoza en su primera entrega como Voluntaria. ¡Felicidades a Maribel!

Cada una con sus dones y talentos se hace disponible para la misión: “Vivir en todo lugar el amor de Cristo en el momento presente”.
Por Jacqueline Blais, coanimadora y Jocelyne Binet.

 

louise aLA ESPIRITUALIDAD DEL COMPROMISO
Fragmento de la enseñanza dada por Louise Fleury.

Ya que nuestros compromisos están basados en las 5 actitudes de vida que forman parte de la espiritualidad del Instituto secular de Las Oblatas Misioneras de María Inmaculada, he pensado hablarles acerca de la «espiritualidad del compromiso».

Leí un día de un filósofo de la espiritualidad que la palabra «espiritualidad» en el sentido filosófico quiere decir: «dar sentido y valor» a lo que somos, lo que hacemos y lo que llegamos a ser. Y la etimología de la palabra «espiritualidad» en latín es: «spiritualitas» y «spiritus» que significan espíritu y aliento.

Para mí, vivir una espiritualidad es escuchar mi ser interior, este espíritu y aliento que me habitan. Es captar también lo que quiere elevarse en mí y lo que quiere ajustarse a mi ser profundo, al corazón mismo de mi búsqueda de sentidos. La espiritualidad que hemos escogido vivir como Voluntarias de Dios, debería ayudarnos a sentirnos bien en el « ahora ». Ella nos invita a seguir a Cristo y permanece siempre una experiencia más grande que uno mismo.

Nos invito a mirar y vivir nuestras 5 actitudes como una receta de felicidad personal que nos permite hacer felices a los otros y dar gloria a Dios. Son un modo de vida espiritual, una dirección que seguir que se expresa por los valores: la acogida, la comprensión, el amor, el respeto, la sencillez y el no juzgar.

Es primordial aplicar estos valores a sí mismo a fin de que se integren en nuestra vida de cada día y a fin de expresarlas alrededor de nosotros. Abrirse a vivir una espiritualidad es una buena cosa, pero debemos mantenerla y desarrollarla.

El compromiso es, ante todo, una decisión se expresa a menudo con promesas que deseamos cumplir y concretar en el corazón del mundo. Comprometerse es, ante todo, unir nuestra respuesta a la de Jesús quien un día, dijo SÍ al Padre para encarnarse y por este gran SI, fue el primero en comprometerse. Seguirlo es servir como Él, es dar nuestra palabra, es entregarle nuestro corazón y rendirle honor. Nuestro SÍ tiene un gran impacto puesto que responde a una misión de fecundidad.

No hay que sorprenderse si a veces encontramos obstáculos en nuestro camino. La crisis espiritual es un camino a veces sinuoso que puede llevarnos a vivir dudas y a cuestionarnos. Pero hay que creer en el momento de la gracia cuando nos comprometimos y vivir estos momentos con confianza, puesto que son, sobre todo, un llamado muy fuerte para descubrir y llegar a ser quienes so-mos realmente en el corazón de la Iglesia.