Para mí, el Instituto es una invitación, un medio para responder a un llamado, una orientación en Iglesia. “Anda y haz así.” (San Lucas).
Su función en mi vida es darme medios, instrumentos para cumplir bien mi misión.
Lo que me permitió adaptarme a una espiritualidad, amar a la manera de una levadura, ser una presencia humilde y amante en todas las realidades de cada día, responder a los numerosos llamados con generosidad y participar en una misión común: vivir y testimoniar la Caridad de Cristo.
Estoy agradecida al Instituto por la persona que llegué a ser, por la solidaridad, la vida fraterna y las participaciones compartidas.
Suzanne R.