Lunes, 25 Noviembre 2024 21:14

Un camino hacia la santidad

cinco puntos

Muy humildemente comparto con ustedes mi comprensión y algunas de mis experiencias de los cinco puntos.

Cuando llegué al Instituto en 1959, no fue eso lo que me atrajo, sino la posibilidad de la consagración en la secularidad. El conocimiento y la profundización de los cinco puntos me vinieron conviviendo con las compañeras y en los estudios e investigaciones que hacíamos juntas. El Padre Parent me decía: has venido al Instituto para adquirir la santidad. Y es así cómo pienso alcanzarla:

1. Estoy siempre en el pensamiento de Dios y Su amor me guía en la vivencia del momento presente. Por mi parte, buscarlo, amarlo, ser feliz con lo que Él me hace vivir y encontrarlo en los demás.

2. Cuando me enfrento a personas que "desatienden" a los demás a través de sus palabras, me viene a menudo la tentación de oponerme a ellos con palabras, PERO también me vienen – probablemente del Espíritu – reflexiones como "qué de bueno pueden aportar tus palabras, al contrario pueden herir al otro, así que cállate o di algo positivo". ¡Así es para el segundo punto!

3. A medida que envejezco (¡como todo el mundo!) a menudo tengo molestias físicas y tendería a quejarme, pero ofrezco estos dolores por el Papa, quien a pesar de su estado enfermizo, continúa su ministerio.

4. Servir ha estado en mi naturaleza, desde mi infancia. En el Instituto siempre he aceptado las "obediencias" que se me han ofrecido y, espontáneamente, aún hoy, me ofrezco tan pronto como surge una necesidad.

5. ¿Por qué no puedo ser una fuente de paz con todas estas actitudes?

Pero sobre todo, transmito la paz de Jesús a través de mi sonrisa que siembro en todos los que encuentro en mi camino. Por la mañana, y varias veces durante el día, digo a Jesús y María: son ustedes quienes a través de mi sonrisa, alcanzan esta persona en su necesidad actual.
El Señor hace maravillas por nosotros. Santo es su nombre.

Cécile L.

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