2. La consideración.

La consideración es una actitud del corazón que se anticipa a los deseos de los demás. No vivo solo, tengo talentos y cualidades que otros no tienen, así como ellos tienen que yo no tengo. Frente a los demás, soy un ser complementario. Sin mí, a los demás les falta algo. Sin ellos, a menudo estoy desamparado y privado. Los necesito ellos me necesitan. Juntos, la vida no solo es soportable sino también agradable.

¿Quién puede realmente impedirme ser considerado? Dios ciertamente no, ya que Él me pide que ame a los demás como Él los ama. Los demás ciertamente no, ya que tienen sed de amor y atención. Es mi privilegio, es el fruto de mis esfuerzos. Estoy hecho, aún más, para vivir desde el corazón que desde la cabeza. El amor no te hace envejecer, es la vida misma.

Estoy atento a las personas que encuentro, me propongo saludar a todos, informarme sobre su salud, ofrecerme para algunos pequeños servicios.

Saborearé la alegría de dar, creceré compartiendo. Nunca estoy solo en el camino de mi dedicación.

Extracto de la Colección Voluntarios de Dios, Padre Louis-Marie Parent, o.m.i.

Leer:

!Tú, sabes amar! 1.La delicadeza.

!Tú, sabes amar! 3. Aprender a escuchar