1. La felicidad es considerada por los Sabios como una verdadera medicina.
La felicidad puede verificarse en las personas felices, es realmente un estado de espíritu donde entretenemos pensamientos optimistos, realistos, positivos y agradables. Pues, todo el ser descanza en la paz, los pensamientos son serenos, los sentimientos calurosos, la emotividad quieta, el físico firme y descanzado. Se dice a menudo que cada uno es el artezano de su felicidad.
En cada humano se descubre cualidades de amor, busqueda de atención y afección. Sentimos que quiere comprender a los otros, comunicar, establecer relaciones amables. Sentimos que es ávido de libertad, que desea que los demás acepten su ritmo.
Si cada uno se esforzaba en vivir una sola cualidad positiva cada día, cada 24 horas, el mundo entero sería transformado. Cada uno llegaría a ser un jefe de orquesta que haría estallar en pleno día, sobre temas de paz y felicidad, el genio de los músicos que están escuchando.
Estar contento es volver a la fuente de la felicidad que se encuentra dentro de sí mismo. Esta fuente no se pierde, esta durmiendo en sí, le toca a cada uno despertarla para sacar la alegría de vivir, la paz en el orden y la necesidad de compartir con los otros.
Los fundamentos de la felicidad son las cualidades positivas, los varios poderes depositados en el ser humano por el Autor de la naturaleza, el Creador. Esta felicidad puede hacerlo brotar de mi ser si yo soy consciente de su mecanismo. Debo utilizar estas riquezas para la realización de mi personalidad.
Leer: ¿Es posible vivir feliz? (2)
Leer: ¿Es posible vivir feliz? (3)
Extracto de la Colección Voluntarios de Dios: “¿Es posible vivir feliz?”, P. Louis-Marie Parent, o.m.i.