Es curioso ver que uno tenga que cuidarse mucho para liberarse, antes de poder estar al servicio de los demás. ¿Quién no tiene complejos, quién puede presumir de ser sólido como una roca, quién no está bloqueado por unos miedos difíciles de razonar? Vivimos en un mundo agitado donde la razón lo desafía todo y el corazón respira con dificultad.

Las amistades son frágiles, los cambios de opción en la vida son habituales. La paciencia y la tolerancia se ponen a prueba…

¿No sería posible encontrar formas de calmarse, de construir un oasis en el mundo actual donde el descanso y la relajación nos permitirían ambicionar una relativa felicidad reservada a los seres humanos?

Para salir de sus miedos, para minimizar los complejos, para encontrar el equilibrio, para vivir en plenitud y para realizarse plenamente, hay que intentar la siguiente actuación: hacerse una imagen real de uno mismo, no magnificar los obstáculos, creer en sus propias cualidades, confiar en Dios.

Reflexiones personales
1. ¿Tienen amigos que confían en lo que ustedes son y en lo que hacen?
2. ¿Creen en sus cualidades? ¿Qué tipo de cumplidos reciben de los demás?
3. ¿Hay personas que les piden consejos, que les escuchan con interés, que dicen que usted ha cambiado algo en ellos?
4. ¿Están inclinados a imitar a los demás? ¿Qué opinan de su autonomía personal?

Extracto de la Colección Voluntarios de Dios, “¿Cómo liberarse de sus miedos?”. Padre Louis-Marie Parent o.m.i.

Leer: ¿Cómo liberarse de sus miedos? (1)
Leer: ¿Cómo liberarse de sus miedos? (2)
Leer: ¿Cómo liberarse de sus miedos? (3)