Es un pedido que hacía aún antes de mi adhesión al Instituto y que sigo haciendo regularmente.

Desde mi adhesión al Instituto, me permitieron seguir estudiando para realizar mejor el trabajo que daba un sentido a mi vida y la oportunidad de responder a mi deseo de vivir la misión allí, y tal como el Señor lo deseaba, quedándome en el mundo.

El espíritu del carisma responde bien a mi aspiración del cómo puedo responder a lo que el Señor espera de mí cada día: Constante disponibilidad a Su voluntad, vivir Su amor, estar de servicio al ejemplo de María.

Una reflexión de San Ignacio de Loyola me inspira mucho en mi estar de servicio: « Pon tu confianza en el Señor como si todo dependiera de ti y no de Él y entrégate a la acción como si todo dependiera de Él y no de ti». El Señor me pide pues hacer la parte del camino que puedo y Él se encarga del resto…

También, el Instituto es el lugar donde experimento cada día la riqueza de la colaboración y del compartir. Me permite descubrir diversas culturas abriendo mi corazón a la solidaridad y a la ayuda mutua.

La renovación anual de mi compromiso por votos es para mí una bella ocasión dada para dar gracias al Señor por el don de su amor puesto que es Él quien me llamó.
Que Él me permita siempre ser fiel a responder a este llamado y a su Amor.

Mariette Vallières