Viernes, 23 Octubre 2020 21:46

Toda para todos

graziella falbo europe menuComo Oblata Misionera de María Inmaculada, me uno a lo que decía el Padre Louis-Marie Parent, o.m.i., nuestro fundador: la oblata debe hacerse «toda para todos».

Está abierta a todos los medios y destinada, por vocación, a ir «a todas partes» donde Cristo tiene derechos. Para nosotras oblatas, es importante testimoniar diariamente. No debemos hablar de Dios sino vivir el Evangelio, esto nos acerca a la gente y es nuestra manera de evangelizar al mundo. Así empiezo con mi familia, los amigos(as), la comunidad parroquial y todas estas personas que Dios pone en mi camino diariamente.

En nuestra espiritualidad, tenemos un gran tesoro que es vivir el momento presente. Esto me permite cada día empezar de nuevo a vivir con amor y por amor.

¿Qué es lo que me anima a actuar así? Una deuda de gratitud hacia Dios quien, en 1988, en Lourdes, permitió mi conversión. Desde este momento, mi vida fue un continuo impulso misionero, en particular frente a los muy numerosos jóvenes que se encuentran para mí, en las categorías más débiles y más pobres de nuestro tiempo.

En Calabria, la región más lejana al sur de Italia, colaboro y trabajo con los Misioneros Oblatos. Desde hace casi 12 años de presencia, hemos cumplido más de 35 misiones populares en las cuales he participado con los jóvenes, para una evangelización más específica y directa.

Como dice el Papa Francisco, «…debemos abrir las puertas de las iglesias para llegar a las periferias de la existencia».

Graziella F.