Mi interés por los Institutos seculares se manifestó en el momento donde tomé conocimiento de su existencia.
Consagración secular, vida en pleno mundo, adaptación constante me convenían mejor que la vida en una comunidad religiosa.
Leer la actualidad en el mundo tanto como en la Iglesia, para insertar allí una dimensión cristiana, es la misión de los laicos consagrados.
Para mí, esto es un llamado cotidiano. En cuanto a mi elección del instituto, me gustó la sencillez de vida y la espiritualidad que se adapta bien a la vida secular.
Denise G.
Imagen: Gerd Altmann de Pixabay