Testimonios
Vivo mi misión cada día y cada momento como una laica consagrada haciendo mi trabajo con otras personas con las que encuentro en el transcurso del día. Cada persona toma sus responsabilidades y es agradable trabajar juntos. El cura de la parroquia confía en mí como oblata en lo que se refiere al trabajo pastoral y la promoción de la fe en la parroquia y en la diócesis de Nakhon Ratchasima.
Con un testimonio cotidiano, trato de vivir mi compromiso de oblata manifestando el amor incondicional de Cristo a las personas que me rodean. Cada año renuevo mis votos de castidad, pobreza y obediencia según las Constituciones de nuestro Instituto secular Las Oblatas Misioneras de María Inmaculada.
Vivir las 5 actitudes de vida como oblata me ayuda a transformar mi vida. Por ejemplo, cuando cometo errores con respecto a una persona cercana, lo reconozco con simplicidad y manifiesto mi arrepentimiento. Me vuelvo más atenta hacia los demás, más abierta a mi prójimo. Eso me enseña a servir con felicidad y alegría.
La foto adjunta muestra a un grupo de personas ancianas que se reúnen con vistas a preservar una magnífica tradición en Tailandia: saber transmitir a las generaciones futuras. Y es con la ayuda de la generosa comunicación de las personas ancianas de la parroquia que saben dar su tiempo para hacer actividades culturales con los niños de la parroquia, que se realiza esta transmisión de una tradición: aprender a celebrar, a festejar y a felicitar por el año nuevo a la manera tailandesa. |
Esta foto muestra el testimonio de mi compromiso como miembro del instituto secular entre los religiosos y religiosas con sus hábitos. El 20 de diciembre 2019, grupos religiosos que trabajan en la diócesis de Nakhon Ratchasima, vinieron a celebrar las Fiestas con nuestro Obispo y expresaron sus felicitaciones por la Navidad. |
Yo estaba invitada en la mesa de Su Eminencia para compartir la comida al medio día. El padre Malser, sentado a mi lado, me preguntó: «¿Si se compara el Instituto de las Oblatas con el grupo religioso de María, ¿cuál de los dos es el más santo?»En ese momento el Obispo aguzó el oído para captar mi respuesta y contesté que todo grupo es igualmente santo, que toda la gente aquí se compromete haciendo los tres votos. Y el Padre concluyó: «Oh…esta es la verdad…»
Estoy contenta de haber tenido la oportunidad de explicar mi compromiso como laica consagrada, lo que representa una vía de santidad para todos los miembros.
Nethnalit W.