Miércoles, 31 Julio 2024 09:53

El amor y la compasión

mercys oblata india‘’EL AMOR Y LA COMPASIÓN SON NECESIDADES. SIN ELLOS, LA HUMANIDAD NO PUEDE SOBREVIVIR. ‘’
D A L A I L A M A ‘’.

Jóvenes o viejos, ricos o pobres, muchos de nosotros experimentaremos un anhelo de contacto social en algún momento de nuestras vidas. La soledad insoportable se puede evitar. Los humanos somos una especie increíblemente social. Necesitamos numerosas relaciones para mantenernos activos y dar sentido a nuestras vidas.

Nuestras interacciones sociales son un factor enorme en cómo pensamos, actuamos y nos vemos a nosotros mismos, porque gran parte de nuestro cerebro está dedicado a la cognición social. Básicamente, el bienestar humano depende de las interacciones y relaciones interpersonales.

¿Cuál es nuestro papel en este mundo contemporáneo? Como oblata o miembro de los Voluntarios de Dios, debemos salir de nuestro propio círculo para identificar mejor a las personas que necesitan una escucha confiada. La escucha empática construye la comprensión mutua y la confianza. Las personas deben sentirse seguras, empoderadas, en paz y conmovidas por la compasión a través de nuestras interacciones.

En el Evangelio, vemos la interacción de María nuestra Madre con su prima Isabel cuando ésta estaba necesitada (Lc 1, 39-45). La presencia de María consoló y fortaleció Isabel. A veces las personas necesitan nuestra presencia. A veces quieren que un oyente empático pueda acoger con el corazón su sufrimiento. Si llegan a pensar que su vida no tiene sentido, al final de nuestra intervención de escucha, podrán sentirse felices y ver su vida como digna de ser vivida. Es estupendo salvar una vida y dar un sentido a esta vida.

Una vez, en un programa de formación, conocí a un muchacho que ya no tenía a su madre. Como era el más joven de la familia, estaba muy unido a ella. Unos años después de la muerte de su mamá, el muchacho se enamoró de una muchacha. Quería casarse con ella, pero la familia de la joven no lo aprobaba. Querían que se casara con otro muchacho. La chica no quiso desobedecer a sus padres. Aceptó el matrimonio preestablecido por sus padres. Su ex enamorado la había querido mucho y, por eso, estaba muy decepcionado y desanimado con la vida. Se quedó solo y distante pensando en la chica. Parecía mentalmente trastornado.

Una tarde me tomé tiempo para hablar con él. En primer lugar, le dije lo mucho que me había gustado su presentación durante el seminario. Luego le pregunté por su familia. Empezó a hablar conmigo. Seguí escuchándole, con empatía. Me habló de su mamá y del profundo amor que le tenía. La muerte de su madre le había afectado mucho. Me solidaricé con él e intenté consolarlo. Luego empezó a hablar del amor que sentía por su amiga. Habló de ella durante más de una hora. Yo me limité a escucharle. Empezó a llorar.

Finalmente, le dije: «Querido amigo, a veces elegimos algo que no es bueno para nosotros. Pero Dios, el Padre amoroso, elegirá lo que es bueno y apropiado para nosotros. Al principio, puede ser doloroso pero, más tarde, experimentaremos la felicidad y comprenderemos cómo Dios nos conduce hacia el bien. Entonces, haz sitio a Dios en tu vida y entrégale todas tus preocupaciones. Él cuidará de ti".

Tras unos instantes de silencio, empezó a sentirse más seguro y algo consolado. Empezó a acompañarme al taller todas las tardes, hablábamos de nuestro curso. Terminado el curso, volvimos a nuestras respectivas casas. Vive lejos de mí. Ahora está casado y tiene dos hijos. Me invitó a su boda, pero no pude ir. Cinco años después, volví a verlo. Vino a la estación de tren con su familia y me habló de cómo mis palabras le habían consolado y le habían dado confianza para vivir su vida. Abandonó por completo su vida a la voluntad de Dios.

Mercy Savariyaradimai. Oblata de la India.
Extracto de un artículo, revista Chispas 2023-vol 18-no2