En el fondo, cada uno tiene maneras delicadas de vivir lo mejor de sí mismo, de fomentar las relaciones humanas, de amar a los demás, de dejarse amar y desarrollar una capacidad de escuchar.
Escuchar es posible si hay amor, si el corazón está comprometido. Por falta de escucha, falta de comprensión mutua, los matrimonios no duran, las relaciones humanas se rompen. Un amor que no se mantiene no dura.

Mucha gente expresa palabras amables, capaces de aligerar las relaciones humanas, pero todos prefieren hechos concretos de delicadeza, consideración y escucha.

El afán de servir es a veces tan extraño que uno se asombra.
El amor es como una flor.
El amor eleva el corazón, crea sentimientos de generosidad y entrega.

Reflexiones personales:

¿Puedes identificar cómo alguien ha sido amable contigo recientemente?
¿Qué te hizo sentir esto?
¿Qué opinas de la eficacia de una sonrisa, de un apretón de manos, de un beso para ahuyentar las preocupaciones, el estrés?
¿Puedes recordar la reacción de una persona con la que fuiste considerado?

Intenta hoy escuchar a alguien sin interrumpirlo para demostrarle que es importante.

Leer:

!Tú, sabes amar!  1.La delicadeza.

!Tú, sabes amar! La consideración

!Tú, sabes amar! 3. Aprender a escuchar

Extracto de la Colección Voluntarios de Dios, Padre Louis-Marie Parent, o.m.i.